Campamento base

¿Aló? ¿Enrique? 

….no. Es por otra cosa, mira bien cortito, es que se me pasó que los niños entran al colegio este miércoles….

Es raro esto que marzo comience a mitad de semana y se me confundió el tema. 

Si. El Directorio es este jueves y tengo que llevar a la Camilita a su primer día de clases. No el jueves sino mañana. Pero te llamo por lo del presupuesto y el balance. No los he recibido. 

…..no. Si sé que me los comprometiste para mañana pero es que no me había dado cuenta y necesito que me los mandes hoy. Necesito ver los informes hoy porque mañana no voy a tener un minuto. 

Bueno. Si. ….una síntesis y los grandes totales. A enero. Y el presupuesto con las correcciones que le hicimos en la reunión del catorce. 

¿Que pidieron los planes? ¿Quién los pidió?

Buenoooooo. Entendido. Bienvenido al 2023. 

Ella sigue el viaje por la carretera de sur a norte, al tiempo que los aviones hacen su arribo. Desde otros lugares vienen llegando todos, mire que el 2023 comienza. 

Verónica corta la llamada y le promete a sus tres hijos que dejará su celular en silencio. El viaje prosigue, atrás va quedando el paisaje de esa casa de veraneo, ese otro del treking que tanto planificaron, de esa noche de conversa larga hasta el alba, fuera de la carpa, con la fogata que el mayor mantuvo prendida hasta sus cenizas. 

….mamá, ¿por qué febrero tiene 28 días?

Jajaja

Típica pregunta de la Camila. Los niños se ríen y Verónica como siempre, aprovecha y le pide al menor que busque en google. 

….no hay señal mamá. 

Y mientras, Verónica se mete en su orquesta de pensamientos idos y de los nuevos, urgidos. 

El viaje finalmente termina. Abren la puerta, es tarde y mañana hay que levantarse al alba. Mañana comienza todo. 

Verónica se acuesta y toma su cuaderno de apuntes. Sus notas. Ese donde acostumbra a escribir sobre sus ideas y reflexiones. 

¿Por qué el año tiene doce meses? 

Encuentra en su cuaderno de apuntes que fueron los Egipcios, los primeros en calcular el tiempo de traslación de la Tierra alrededor del sol y que luego los romanos vincularon el ciclo lunar que dura treinta días, al periplo de traslación de la Tierra alrededor del Sol. 

La pregunta de Camila le retumba en su memoria.

………mamá, ¿por qué febrero tiene 28 días?

Lee casi como en tono de justificativo para su reunión de Directorio: “La Tierra tarda 365,256 días en completar una vuelta alrededor del Sol. Para lograr sincronizar el año solar con el año cronológico, cada cuatro años, el año pasa a tener 366 días”. Ese año se llama bisiesto. 

Casi obnubilada, lee en otro apartado que antes el año se dividía en diez meses. “No fue entonces hasta la época de Julio César, cuando este decidió seguir los conocimientos de los egipcios y alinear el calendario con el Sol y llevar a cabo una reforma que convirtió esos 10 meses en 12 meses con 30 o 31 días cada uno, a los que se incorporaron los meses de enero y febrero”. 

Luego no lo puede creer. Lo está leyendo en persona. No es una fake news. “Después del asesinato de Julio César, en su honor Marco Antonio decidió cambiar el nombre del quinto mes, conocido como quintilis, a julio. Este mes tenía 31 días porque iban intercalados. Por otro lado, el mes de agosto (sextilis) fue una reforma posterior en honor a Augusto. A ese mes le tocaba tener 30 días, sin embargo, para homologarse a su padre adoptivo, que era Julio César, se hace de 31 también. De esta forma, permitiendo que julio y agosto tengan 31 días, se le resta un día al mes de febrero para cuadrar los 365 del año, por lo tanto éste se queda con 28”. 

Verónica se siente una privilegiada. Se encuentra como en un campamento base, a punto de iniciar el ascenso. Ese mismo que le ha quitado ya a la mejor de las planificaciones, mezquinamente su tiempo. Nunca alcanzará. Nunca será como lo planificamos. Le roba la realidad la pausa al sol, que se asomará mañana y luego puntualmente el día de nuestro primer Directorio de vuelta a la normalidad. 

Me quitaste tres días marzo!!!

Pero no te preocupes. Así quedó el presupuesto, estimación erudita y sin privilegios que dar a factibles emperadores. Una suerte de sueño estudiado, que habrá de colisionar con su impredecible realidad. 

¿Lo tendrá claro el Directorio? ¿Qué vigilará durante el año? Es mejor estar más o menos acertados, que precisamente equivocados. 

En la cumbre. Ahí te veré. Verónica piensa en esa frase que le gusta tanto. “No es la meta sino el camino”. 

 

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