Treinta y tres años
Queridas amigas y amigos,
Por estos días resulta difícil salirnos de la contingencia, pero permítanme estas líneas que van escritas con una intención de especial gratitud. Hoy estamos de aniversario en nuestro querido Panel. Cumplimos treinta y tres años.
Era abril de 1987 y veníamos saliendo de una recesión aguda. Como país nos estábamos reinventando, a la vez que nos abríamos al mundo. Yo tenía 30 años y se me ocurrió formar una consultora que le ayudara a sus clientes a “crecer por dentro”. Ese afán se fue estructurando en base a la experiencia y se acuñó luego en nuestra declaración de propósito:
“Fortalecer la capacidad de gestión de nuestros clientes, colaborando con sus directivos en la tarea de alcanzar los más altos objetivos de valor y de trascendencia empresarial”.
Alto sueño que convertido en resultados nos fue dando luces y méritos para definirnos hoy, como un “Fondo de Gestión”.
Y gracias a ustedes, a tanta confianza depositada en nosotros, pudimos con los años ser esa aspiración. Es difícil hacer empresa. Sería mezquina y falsa nuestra modestia si no apreciáramos el habernos mantenido vigentes por estos 33 años.
Mientras escribo, pienso que el futuro es una imaginación paradojalmente inconclusa de lo que quisiéramos, pero al mismo tiempo una esperanza que casi siempre nos llega a golpe de voluntad y esfuerzo. Es el afán de trascender, de entregar en herencia, sin obstaculizar por ello la creatividad de las miradas nuevas. Entiendo el futuro como la conjunción entre “cinco panes y dos peces” y ese “id y enseñoread la Tierra”. En síntesis, una sucesión de días recién amanecidos que no obstante contaron con esos otros que llegaron primero.
Hoy nos encontramos en medio de una tormenta perfecta y no sabemos si a su término habremos logrado permanecer de pie. ¿Pero cuándo no fue así? Quizás hoy sólo tengamos más conciencia de nuestra fragilidad, esa que convive a lo largo de la vida con nuestros sueños.
Con mayor razón, a la hora de agradecer, pienso especialmente en los desafíos de cambio generacional y en las tantas oportunidades que nos permitieron convertir en frecuente lo que para nuestros clientes era infrecuente.
Gracias a los más de 100 proyectos de realineamiento y de mejora en gestión. Gracias por habernos permitido aprender de tantos ejemplos de emprendimiento y por haber podido responderles con soluciones, mejores consensos ante decisiones complejas y mejores prácticas de gestión.
Gracias por los más de 850 procesos de búsqueda de talento, desde los que contribuimos al enriquecimiento de los liderazgos y al desarrollo de carrera de tantos extraordinarios ejecutivos. Gracias porque todo ese esfuerzo nos permitió con los años concebir metodologías y diversos modelos facilitadores de la gestión, destacándose por la “economía del futuro” que ya llegó, como verdadera innovación, nuestro Talent Asset Valuator – TAV®. Con esta herramienta, nuestros clientes están logrando instalar de verdad, el capital humano, en el corazón de su estrategia.
Ahora, esperamos que el cambio generacional también se vaya haciendo presente en nuestra consultora. En eso estamos, trabajando para que si Dios quiere, logremos ser parte de la recuperación y fortalecimiento que requeriremos cuando el presente amaine. Necesitaremos sin duda ideas renovadas, también volver a lo simple y de mucha lucidez en el liderazgo y en la gestión del talento.
Gracias por último pero no en menos importancia a todos quienes trabajamos en Panel y a quienes lo hicieron en el pasado. A mis ex socios y a quienes hoy me acompañan. Gracias a tantos consejeros a lo largo de la vida, a tantos profesores de huella imborrable, por supuesto a nuestras incondicionales familias y a tantas personas que nos hicieron crecer, sacando nuestra mejor versión y regalándonos su inapreciable confianza.
Desde donde estemos, siempre los tendré y tendremos presentes.
Sergio Germain Fonck