Elecciones
No pensemos en las primarias ni en las presidenciales, no se baste esta conducta en lo infrecuente y distante.
Es que si hay algo que nos distingue como Sapiens, es que vivimos permanentemente en el ejercicio de elegir. En nuestra cotidianidad, el día lo hacemos con la resulta de esa conjunción de inteligencia (observar y reflexionar) y voluntad (decidir y actuar).
¿Qué hice hoy? ¿Qué fue de abril?
En cada síntesis habrá una historia con más o menos aciertos, consideradas por supuesto sus restricciones, ventajas, buenos vientos o adversidades. Pero en el meollo de nuestra narrativa anidará ese ejercicio de protagonismo propio de nuestras elecciones.
Y Chile, terruño que no tiene más remedio que existir por sus habitantes y en ellos, lo relatamos frecuentemente como si fuera una entidad distinta de quienes lo hacemos.
La semana pasada en la ENADE 2024, ya casi majaderamente, apareció la productividad total de factores con su línea horizontal recta en el tiempo, detenida, congelada o más todavía, comparándola con la cota cero, un poco a la baja. Es que si la serie es de unos quince años, las caídas leves toman a la vista una menor pendiente.
Pero bueno, como el mundo también ha venido en paralelo declinando sus expectativas de crecimiento, el mal de muchos se aplaca.
Necesitamos crecer. Obviamente sin delincuencia, con organizaciones que funcionen, pero sin que nadie se reste al momento de pasar lista para sentirnos presentes de lo que somos.
¿Quién podría estar en desacuerdo con los llamados a salir del inmovilismo en el que nos encontramos? ¿Quién de un estado un poco raro que más bien podríamos figurarlo como un curso en el que no ha llegado el profesor y la clase está detenida pero la bulla es estridente?
Sin ley corta para las listas de espera, sin acuerdos de urgencias dormidas hace más de diez años en materias previsionales y de salud, con gastos fiscales y no fiscales crecientes y un estado de derecho que pide alguien que ordene el pandero. Con el ahorro damnificado como hábito y con una tendencia de crecimiento de largo plazo de presión muy baja a partir del bombazo de los retiros, hábito adormecido que sin duda, en algunos años más, tendrán que resucitar otros.
¿A quién le podremos encargar una educación gratuita y de calidad? ¿Se aceptarán devoluciones por promesas incumplidas?
Necesitamos crecer. Pero qué remezón cuando caemos en la cuenta que esa afirmación nos está interpelando a nosotros, no a los otros.
Un millón de empresas tiene Chile, nueve millones de emprendedores trabajan en ellas y poco menos de ocho millones de hogares las extienden en su campo de influencia.
Necesitamos crecer. ¿Pero hacia dónde? ¿Cuál será ese crecimiento sustentable? Sin duda el que tenga que ver con nuestra naturaleza humana y que resulte capaz de sacar lo mejor de nosotros mismos.
La mano mágica que advirtió Adam Smith nos vuelve a preguntar por nuestras elecciones.
¿Corto por largo plazo o al revés? ¿Trayendo el futuro al presente o consumiendo el presente, el aquí y ahora con cantos de sirena que nunca verán su concreción?
Elecciones que resultarán siempre determinantes en una economía libre, porque la libertad en su máxima comprensión operativa implica eso: elegir.
Necesitamos crecer, pero no nos servirá cualquier crecimiento. No al menos, ese burdo de la obsolescencia programada, o ese de ofertas cada vez más seguidas con 70% de descuento y un dejo tácito de engaño. No al crecimiento que en pleno auge de la inteligencia artificial no es capaz de garantizar enchufes que nos permitan cargar las baterías de nuestros celulares, por cierto superdotados de usos desconocidos para los más. ¿O es que usted sabe cuántas fotos tiene en la nube?
No a las cuarenta horas impracticables para médicos, soldados, trabajadores por cuenta propia, estudiantes de verdad o madres y padres que se gastan en la crianza de sus hijos, y tantos más ejemplos de dar frutos, en los que el tiempo se pasa volando.
Elegir con responsabilidad.
Elegir en ese espacio aparentemente menor en el que no obstante, somos protagonistas. Elegir en la conciencia que ese verbo es el pulso capaz de constatar que nuestra libertad vive.
Al concluir estas reflexiones me entero que hoy, 30 de abril, encontrándose todavía abierta la ventana de tiempo establecida para la operación renta 2023, el Servicio de Impuestos Internos está en huelga.
Que la libertad ejercida rectamente y con esmero sea el buen fruto de nuestras elecciones.
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